INCURSIÓN - Guardia de la Muerte VS Puños Carmesíes
- Turno 5 de la Cruzada Oscensis
- Localización: Sub-Sector Fontain // Sistema Blize (Mundo Salvaje)
- Misión de Cruzada: El Ritual (50PL)
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| Guardia de la Muerte (48 PL) |
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| Puños Carmesíes (47 PL) |
El Capitán Faradis Anto de los Puños Carmesíes se encuentra planificando la defensa del sistema deshabitado Blize frente a la inminente llegada del Waaagh Orko al planeta; por ello se dispone a pasar información vital sobre el despliegue defensivo a la flota en órbita.
El tecnomarine Gutierrez escribe minuciosamente en su PCE cada orden dada por el Capitán, cuando un nauseabundo olor empezó a impregnar la selva salvaje de Blize. El Lord del Contagio Suppurax Muttermould los había encontrado antes de tiempo; avanzaba lento y sin demora a través de la flora, transmutandola en terribles aberraciones vegetales que a su vez propagaban la enfermedad a todo ser vivo adyacente.
Es cuestión de tiempo que la Guardia de la Muerte los alcance y Faradis sabe que tiene que asegurarse de enviar la información debidamente si quiere tener una oportunidad para frenar al Gran Kaudillo Urlakk.
Malignus Fletcher gracias a su conexión con la disformidad presiente la trampa que se cierne sobre su general y guardaspaldas por lo que les indica que esperen a resguardo de la maleza junto a uno de los objetivos. Es en este momento en el que empieza a canalizar la energía del caos para desatar una plaga de muerte sobre los marines leales, llevandose a un intercesor a la tumba.
El demonio Morr calibra su mortero y abre fuego indiscriminadamente contra los
La II escuadra de intercesores se escora del objetivo y abre fuego a corta distancia con
sus sagrados bolter sobre los marines de plaga sin lograr ninguna baja enemiga. La
cobertura del cráter y su inhumana resistencia hace que “El Honor del capítulo”
absorba los impactos sin pestañearse, como si fueran gotas de lluvia los proyectiles
salpican sus milenarias servoarmaduras caoticas dejando solo nuevas mellas entre las
pústulas y las viejas heridas.
Al otro lado del campo de batalla, la I escuadra de intercesores intenta abatir al sargento
pútrido que avanza a campo descubierto, sin éxito, el marine de plaga no frena su
avance y se crece bajo la protección de la disformidad mientras de fondo una cortina
de fuego caída desde el cielo hace saltar por los aires a varios de los poxwalkers
rezagados en uno de los objetivos primarios. Cuando el humo se dispersó, multitud de
figuras virulentas seguían moviéndose a pesar de las fatales heridas recibidas por el
bombardeo.
El sargento Espinosa de la escuadra de intercesores de asalto se coloca frente a
Gutierrez y Faradis para cubrirlos de los impactos de mortero; mientras el Capitán
dicta las ultimas ordenes al tecnomarine; a sabiendas de que su posición se verá
comprometida en breve.
Los poxwalkers supervivientes en ambos flancos del conflicto se anclan en sus objetivos
más cercanos y comienzan a devorar y pudrir toda la vegetación que les rodea mientras
las orugas del mortero Morr aplastan todos los árboles a su paso. Al salir de la vegetación,
enfoca todas sus armas sobre los hellblasters apostados en las ruinas selváticas.
La fortificación de esta colina salvo a parte de la escuadra, que inevitablemente tuvieron
que agachar la cabeza y esperar a que la andanada de disparos pestilentes finalizara.
Al levantarse y observar cómo avanza la línea enemiga; uno de sus tiradores había
caído bajo el fuego de la máquina demonio y otro de ellos yacía en el suelo con la
armadura completamente enraizada de zarcillos que le brotaban del interior de la
servoarmadura.
Malignus Fletcher entre sonrisas y zarandeando sus manos había convocado una
lluvia de pestilencia sobre la colina; acabando de forma traumática con la vida de
todos los intercesores de la I escuadra salvo su sargento Rafael quien desorientado
veía como el sargento pútrido escalaba la posición y se lanzaba con su puño virulento
hacia él. El intercambio de golpes fue rápido y contundente dejando a los dos sargentos
heridos en un duelo singular en el frente izquierdo de los marines leales.
“El honor del capítulo” salió del cráter en el que se había apostado y llego sin
problemas a trabarse en combate contra la II escuadra de intercesores, abrumados
por los hedores pestilentes que les lanzaba Bubox. Los intercesores no pudieron hacer
otra cosa que desenfundar sus cuchillos y devolver los golpes frente a los resistentes
marines de plaga con el unico fin de ganar tiempo para su Cápitan y defender el objetivo.
El Capitán de los Puños Carmesíes considera completada la transmisión de órdenes
a la flota y ordena una retirada escalonada mientras pide una evacuación urgente por
Thunderhawk. El Sargento Espinosa contraataca con su escuadra de asalto a los
marines de plaga que están presionando en el flanco derecho llegando al cuerpo a
cuerpo con sus espadas sierra rugiendo y su puño de energía relampagueando.
Mientras tanto, los supervivientes hellblasters abren fuego sin dilación contra
“Los Elegidos de Mortarion”. A pesar de llevar al extremo sus rifles de plasma, la plaga
de Nurgle parece no inmutarse, conforme el enemigo avanza da la impresión de que se
vuelven más resistentes. Rafael lucha uno a uno contra el sargento de “Los caídos” y
en un intercambio brutal de puñetazos acaba impactando de lleno con su puño de energía
el pecho de su rival, convirtiéndolo en una pulpa de carne podrida y ceramita antigua.
El demonio Morr avanza por el pasillo central de la jungla ganando terreno para la
Guardia de la Muerte sin dejar de disparar todas sus armas contra los hellblasters
que siguen cubriendo la retirada de Faradis, no obstante, sin nadie cerca que cubra
al capitán leal, el demonio dispara su mortero a ciegas contra él quien a pesar de su
fisiología transhumana trastavilla por el impacto con su armadura llena de nuevos rasguños.
Suppurax Muttermould ordena a su psíquico que aunque le cueste la vida canalice
toda la energía disforme que pueda y la descargue contra sus enemigos. Los hellblasters
salen por los aires al ser impactados por el fuego de artillería pesada de Morr y los rayos
centelleantes que Malignus Fletcher desata contra ellos. Los leales no pueden escapar
de esta selva y por ello los exterminadores del caos corren directos a por la última línea
de defensa de los Puños Carmesíes, los intercesores de asalto.
5º Turno
La Thunderhawk está en camino y todos los Puños Carmesíes supervivientes reciben
el aviso en su comunicador. Faradis gana distancia del enemigo cubriéndose detrás de
las ruinas selváticas que les han servido de puesto de control en la selva y lanza el aviso
al piloto de que están listos para la evacuación.
El sargento Rafael, el teniente Proteus y el sargento superviviente de los hellblasters
abandonan sus posiciones y retroceden en dirección al punto de extracción, saliendo de
la línea de visión del enemigo; mientras la escuadra de intercesores de asalto se aposta
detrás de las ruinas de un muro y abren fuego llamando la atención de sus adversarios.
Lejos de esta zona se encuentran los supervivientes de la II escuadra de intercesores
que en una carga heroica se lanzan contra Bubox con la firme intención de vengar al
hermano Dreadnought Santiago. A pesar de la dificultad que les implica golpear a un
héroe caído de Nurgle que no para de expulsar miasmas como forma de defensa,
consiguen herirlo y rodearlo en el cráter donde se estaba escondiendo.
El sargento Espinosa ve como la nave de rescate se acerca rápidamente a la zona de
desembarco, a sabiendas de que no llegara al punto de extracción a tiempo llama a su
escuadra a defender esta última línea frente a “Los Elegidos de Mortarion” que cargan
con sus guadañas en alto contra el muro defensivo...una defensa precoz pues los
exterminadores rebanaron las servoarmaduras y almas de los marines de asalto de
forma implacable, sin que estos pudieran llegar a devolver ningun golpe.



























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